martes, 1 de abril de 2008

Doroteo Arango



Es gracioso cuando se le pregunta a alguien cómo se llamó Pancho Villa, la respuesta casi obvia es: Francisco Villa. Pues no, su nombre real es casi más poético que la vida misma del personaje: José Doroteo Arango Arámbula; pero para los amigos, Doroteo a secas; y para los muy muy amigotes, Pancho Villa; y para los enemigos, mi General Francisco Villa. Apodado también el centauro del norte.

Según dice la leyenda, Doroteo fue campesino y asesinó al dueño de la hacienda en la que trabajaba quien había violado a la hermana de Doroteo, este hecho lo que lo transformó en proscrito, se unió a un grupo de bandoleros del que era jefe Francisco Villa. Francisco Villa fue herido y agónico entregó el mando de los bandoleros a Doroteo Arango y éste adopta el nombre de su ex-jefe.

A veces la vida real es mucho más mágica que una obra literaria, y creo que la vida de Doroteo Arango no solo fue poética, fue honesta. Su muerte correspondió a un hombre de talla, murió en su ley en el lugar que él había buscado no solo para vivir, sino también para morir. Murió en Hidalgo del Parral en el estado de Chihuahua, y frecuentemente Pancho Villa decía: "Parral me gusta hasta pa' morirme"

Adversario de Venustiano Carranza, quien permitió la entrada de tropas gringas en persecución de Villa, y el fracaso de dicha operación creó el mito de invencibilidad de Villa.

Para ser revolucionario, hay que vivir y pensar como un revolucionario, fue un bandolero que se transformó en revolucionario, y no al revés como en estos tiempos feos y descafeinados.

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