Lo que me sorprende es que las autoridades y la prensa tienen una visión por demás pobre. Las autoridades como de costumbre han hablado que van a investigar, ya crearán alguna comisión y ahí quedará, en el abandono y la más abyecta impunidad. Dicen que hay que establecer quién o quiénes fueron los responsables de semejante tragedia, cuando nadie se detiene a ver que es un evento propio de nuestro medio, que no solo somos un pueblo no previsor, sino que a más de ser horrorosamente irresponsables, no tenemos el mínimo respeto por el otro, es una sociedad de la más imbécil individualidad que existe, y nos masturbamos día a día con la auto-complacencia que somos un territorio de paz y de gente amable. Gente amable que no respeta a ancianos, niños o simplemente gente diferente.
Una vez más oigo la consabida frase “nunca más”, y ooooootra vez sucederá algo tan o más terrible, o ¿acaso no hemos tenido tragedias como el incendio de las bahías en Guayaquil por almacenar irresponsablemente material explosivo de venta prohibida?, ¿o la gente no muere a diario como chochos en las vías?, obviamente por irresponsabilidad e irrespeto.
Me asusta salir de casa, veo como la gente conduce y me aterro solo con ver como padres de familia llevan a sus hijos, sin ninguna protección y a velocidades obscenas en plena ciudad, o como nunca se respeta al peatón, o como cualquier imbécil estaciona su ridículo automóvil en plena acera y que los peatones se vean obligados a bajar a la calzada para poder caminar.
La prensa, Jorge Ortiz en especial, se escandalizan o sugieren que el problema estuvo en la manifestación cultural de los jóvenes en la antes mencionada discoteca. Pues no, no creo que se deba ver de una manera tan corta aquello.
Lamento mucho la pérdida de esas vidas, y lamento no haber conocido antes a la banda Zelestial de que la pude escuchar el fragmento de una de sus piezas y me he quedado impresionado. ¡Qué banda, qué buenos músicos! Lamento mucho haberlos conocido en estas circunstancias.
El problema no está en las estrellas, el problema está en nosotros mismos.
La revolución no se hace con constituciones a la medida, ni con promulgar más leyes, la revolución se hace cambiando nuestra torpe forma de ser y empezando a ver y respetar a quien está al lado nuestro.
Si no cambiamos, seguiremos teniendo este tipo de eventos terribles.
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