viernes, 25 de abril de 2014

hacer un libro

Ese tipo de encuentros que no sabes cómo empezar, hace tiempo que nos habíamos visto y el momento del coqueteo había quedado por ahí en algún rincón, las circunstancias habían cambiado y tácitamente habíamos dado paso a una amistad casi forzosa.

-¿Cómo estás?-, me dijo, a lo que asentí de manera afirmativa y creo que hasta que pronuncié un lacónico “bien”, eso de fingir no va conmigo, me siento como un canalla y suelo estar tenso, así que habíamos empezado bastante mal.

-¿Qué se siente haber terminado el libro?-, apuró ella a decir para evitar el silencio incómodo que se avecinaba. Sentí como una catarata de ideas llegaban a mi mente, ninguna de ellas era la respuesta obvia, esperada y optimista, por el contrario, era como si alguien me preguntara cómo había estado la piedra que había encontrado en el camino para poder descansar un momento, y bueno, había estado bien poder terminar un proyecto que me había costado tiempo, esfuerzo y dinero, pero era una página que ya había pasado, talvez era el momento de ser cortés y aprender a decir lo que el resto quiere escuchar de mí.

-Bueno, es algo que ya fue, quedó ahí y hay que pensar en los nuevos proyectos-, dije casi sin pensarlo, mi policía interno gritaba insultaba y más de un “eres un imbécil” retumbaba mi mente, pero qué le vamos a hacer, así mi he sido y al chapa interno no le escucho jamás.

La reunión pasó y quedó ahí, nos dijimos lo que siempre suele decir la gente, los deseos de volvernos a encontrar a sabiendas que eso no volvería a ocurrir nunca más.

Mientras regresaba a casa mi cabeza bullía, pensaba que si de pronto había sido soberbio, si talvez había alimentado la ya mala fama de un tipo grosero y arrogante que muchos tienen de mí, pero al mismo tiempo había una voz que me decía que era lo que pensaba, que no es bueno tomar asiento, que siempre hay que mirar varias metas por delante.

Quiero solamente hacer mis fotos y reflexionar sobre lo que es la fotografía, hacia dónde veo que se esta se proyecta, ¿pero un libro es un fin o es un peldaño apenas?

Considerar un libro como un logro sería dar por terminado un trabajo, asumir que después de eso no vendría nada más, a manera de despedida posiblemente.

Cuando hice el libro de mi padre, después de un peregrinar de 15 años intentando convencer de que era necesario hacer ese libro, porque Hugo Cifuentes era el personaje más importante de la fotografía ecuatoriana del siglo XX, sentí que era un trabajo que se lo debía, que había logrado saldar no solo una deuda mía, sino la de todo un país, pero el sentimiento frente al mío era tal como si hubiera entregado un trabajo largo y azaroso y que al día siguiente debía empezar un nuevo proyecto, como si yo fuera un Sísifo que debía una y otra vez realizar la misma tarea hasta el infinito.

Ecuador es un país que lamentablemente publica muy poca fotografía (de autor), algo así como un libro cada 10 años, me puse a pensar que sería alucinante si llegáremos a la meta de uno al año, no se diga a los niveles de Brasil, o peor aúna los de Estados Unidos, tan solo un libro y sentiría que este país habría dado un salto cuántico.

Siempre el mismo peldaño es el más doloroso, conseguir fondos, sin embargo pueden oírse por ahí voces que hablan de industrias culturales, tal como si se tratara de hacer una industria de fideos o de yogurt, sin desmerecer las complejidades que tiene crear empresa en cualquier parte del mundo, pero levantar industria cultural en un país en donde los empresarios asumen que los artistas pedimos que nos regalen su dinero tan difícilmente ganado y no asumen que estamos proponiendo un modelo de negocio que ellos no conocen, pero que tampoco están dispuestos a conocer.

Bueno, es tan solo un peldaño en un largo y duro trajinar, eso es lo que hago, eso es lo que quiero hacer, es lo que quiero seguir haciendo, todo esto fue a razón de una pregunta casi diplomática que una chica hizo para romper el hielo