lunes, 10 de marzo de 2008

¡sí hay vida en Marte!

La noticia puede ser desconcertante, puede llenar de aprensión a muchísima gente.

Cuando era niño soñaba con las noticias que provenían del cable y con fotografías transmitidas por telephoto de la llegada de las primeras sondas norteameriacnas al suelo de Marte, hablo obviamente de las famosas Viking. La misión principal de estas máquinas era constatar a través de varios sensores la presencia de vida en el planeta rojo, sin embargo las muestras no arrojaron datos positivos sobre la existencia de vida.

Tal vez se podría decir que no hubo pruebas de vida hasta ese momento.

Lo que sí tenemos certeza ahora es que si hasta la llegada de las Viking no hubo vida, ahora sí la hay.

Los sueños calenturientos de los ufólogos se hacen realidad, pero al revés. No vinieron extraterrestes a sembrar las semillas de la vida en nuestro planeta, sino que nosotros (la especie homo sapiens-sapiens) la hemos sembrado de manera involuntaria.

Los pequeños robots tipo rover que Estados Unidos envió hace algunos años no estuvieron lo suficientemente esterilizados, según alguna una fuente al interno de la agencia norteamericana ha reconocido que los sistemas de esterilización de un quirófano cualquiera de cualquier parte del mundo tienen 10 veces más seguridad de esterilización, lo que indica que algunas cepas de vida microbiana terrestre de hecho se colaron en los robots.

Cabe recalcar que algunas bacterias tienen vida anaeróbica, lo que da la pauta a que pudieren soportar el viaje por el cosmos, se adaptarán a las condiciones ambientales nuevas, habrán sufrido mutaciones genéticas por la radiación cósmica, etc, etc. Esto dará pie a un proceso diferente de evolución.

Seguramente la especie humana no verá el resultado de su siembra involuntaria, pero tal vez sea la primera siembra de vida en el cosmos a partir de una civilización tecnológica.

La pregunta que siempre me rondó la cabeza fue: ¿qué tal si fuesemos la primera civilización poseedora de tecnología en el cosmos?. De hecho sabemos que habrá una primera, y posiblemente seamos nosotros, lo que les deja sin suelo a los ufólogos.

Por mi parte se pueden ir al carajo, me joden los que comen de miedo y la ignorancia del resto.

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