Tengo dificultades para caminar, eso lo sabe cualquier persona que ha tenido la entereza de conocerme, justamente por esa razón sé valorar la caminata, camino siempre porque sé lo que significa no poder hacerlo y me siento vivo cada vez que salgo con mi música a cuestas a caminar y reflexionar sobre el trabajo o simplemente sobre mi pobre existencia (que a veces no es tan pobre).
Ah, pero el sabor de caminar y hacer las cosas más peregrinas con una mochila a las espaldas a veces se ve empañada por la estupidez propia de seres meridionales, lo digo así para no ser tan descortés con la gente que no lo es con el peatón.
Por estas tierras el automóvil no es una herramienta de transporte, ni siquiera es un símbolo de status, es tal vez algo peor aún, el automóvil es el acta de existencia, sin auto no eres simplemente, el peatón es invisible, no es.
Tanto es así que uno es agredido por una serie de seres (ellos sí existentes), acompañados de pequeños engendros que mañana serán más existentes que sus progenitores, a bordo del acta de existencia y propietarios, por tanto, del espacio circundante. Sí, las aceras son espacios para estacionamiento, carga o descarga, ocio, dormitorio, etc, etc, etc; de todos aquellos que sí son, obviamente en detrimento de los otros (como yo) que no somos.
Hace poco tuve que renovar mi licencia de conductor (jamás de existente) y en el test que obligatoriamente debemos aprobar a veces consta una pregunta, la respuesta correcta a aquella interrogación no es otra que: “el peatón tiene privilegio SIEMPRE frente a un automotor”
Pues sí amigo lector, JAMÁS se cumple con esta norma, jamás, ni siquiera la autoridad la cumple. Es fácil encontrar patrulleros de la policía, o los grandes y caros automóviles de los funcionarios de la revolución ciudadana, ocupando orondos las aceras, las mismas que también estás ocupadas por casetas destinadas a la seguridad de los revolucionarios.
Lo que sorprende es que se conculca todo derecho de ciudadanía por parte de los revolucionarios ciudadanos.
Hoy pude ser testigo de aquello, varios autos caros pertenecientes a los palos gruesos de la revolución ciudadana ocupaban orondos la acera, los lacayos de estos personajes ni siquiera se mosquearon cuando una señora y yo tuvimos que descender a la calzada para así seguir en nuestra porfía peatonil.
Viva viva ......, viva!!!!
Ah, pero el sabor de caminar y hacer las cosas más peregrinas con una mochila a las espaldas a veces se ve empañada por la estupidez propia de seres meridionales, lo digo así para no ser tan descortés con la gente que no lo es con el peatón.
Por estas tierras el automóvil no es una herramienta de transporte, ni siquiera es un símbolo de status, es tal vez algo peor aún, el automóvil es el acta de existencia, sin auto no eres simplemente, el peatón es invisible, no es.
Tanto es así que uno es agredido por una serie de seres (ellos sí existentes), acompañados de pequeños engendros que mañana serán más existentes que sus progenitores, a bordo del acta de existencia y propietarios, por tanto, del espacio circundante. Sí, las aceras son espacios para estacionamiento, carga o descarga, ocio, dormitorio, etc, etc, etc; de todos aquellos que sí son, obviamente en detrimento de los otros (como yo) que no somos.
Hace poco tuve que renovar mi licencia de conductor (jamás de existente) y en el test que obligatoriamente debemos aprobar a veces consta una pregunta, la respuesta correcta a aquella interrogación no es otra que: “el peatón tiene privilegio SIEMPRE frente a un automotor”
Pues sí amigo lector, JAMÁS se cumple con esta norma, jamás, ni siquiera la autoridad la cumple. Es fácil encontrar patrulleros de la policía, o los grandes y caros automóviles de los funcionarios de la revolución ciudadana, ocupando orondos las aceras, las mismas que también estás ocupadas por casetas destinadas a la seguridad de los revolucionarios.
Lo que sorprende es que se conculca todo derecho de ciudadanía por parte de los revolucionarios ciudadanos.
Hoy pude ser testigo de aquello, varios autos caros pertenecientes a los palos gruesos de la revolución ciudadana ocupaban orondos la acera, los lacayos de estos personajes ni siquiera se mosquearon cuando una señora y yo tuvimos que descender a la calzada para así seguir en nuestra porfía peatonil.
Viva viva ......, viva!!!!
1 comentario:
Comparto, primo, esto que fue escrito por Colin Campbell, geólogo irlandés quien vivió en el Ecuador hace 40 años y ahora se dedica a difundir el mensaje del pico petrolero: "No hay hoy duda alguna de que el Hombre del Petróleo estará virtualmente extinto para el fin de este siglo. En otras palabras, los hijos de alguien nacido hoy terminarán sus vidas sin el abundante suministro de energía barata que sus padres y abuelos disfrutaron.... No es difícil imaginar algunos de los cambios, especialmente en condiciones urbanas. Por ejemplo, parquear en la calle podría ser prohibido gradualmente para que sea cada vez más difícil para la gente el usar sus carros en las ciudades. La bicicleta podría volver a ser importante, especialmente la moderna bicicleta eléctrica cuya batería puede cargarse al ir cuesta abajo o al pedalear atléticamente. De hecho, dicho cambio pronto podría ser visto como algo que dé un mejor ambiente que las condiciones sofocantes y atestadas que existen en la actualidad" (Boletín ASPO, febrero del 2008, http://www.aspo-ireland.org/index.cfm?page=viewNewsletterArticle&id=86).
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