sábado, 15 de septiembre de 2007

el enemigo de mi enemigo, no es mi amigo

Es sorprendente como se polariza una sociedad, obviamente Ecuador no es la excepción.
He hecho público mi descontento con el actual gobierno, no me gusta y no me gusta. No me cuadra porque tiene tendencias autoritarias, he llegado a decir que tiene tendencias fascistas, y todavía me sostengo en esa opinión.
Pero lo que todavía no llego a entender es cuan despistada es la izquierda, bueno, la izquierda latinoamericana no ha sido un dechado de coherencia, pero la izquierda ecuatoriana se lleva todas las medallas a la incoherencia y la candidez.
Basta que llegue alguien y diga que es socialista, o simplemente de izquierda, y los pobres zurdos y el arrebato histérico hace que todos salgan en desbadada tras el charlatán de turno. Así pasó con Frank Vargas, luego vino el turno de Gutiérrez, y por supuesto ahora lo hacen con Correa.
Basta que alguien saque la lengua a los gringos, y todos los zurdos creen que ha llegado su redentor y líder nato. Algunitos han llegado a adorar la imagen de Perón, olvidándose que Perón fue un fascista de la peor calaña, y no solo fascio, sino que fue un ladrón de última, llegó a gastarse toda la reserva federal argentina hasta dejar el país absolutamente quebrado, fue tal la quiebra que hasta ahora Argentina no se recupera del paso de semejante ejemplar por el gobierno de su país.
¡Ay la izquierda!
Basta que que Correa saque la lengua a los gringos, insulte a los ricos para que los zurdos lo apoyen incondicionalmente.
Error al creer que el socialismo es revanchismo, o tal vez odio a los gringos y a los ricos, como si ser rico fuera malo. Pues no es malo, hay ricos muy honestos (no todos) y son gente muy chévere, también hay gringos muy buena gente.
Creo que todo ser humano aspira a vivir dignamente, y que todos tenemos el derecho a querer tener una vida holgada, obviamente que no todos podrán llegar a cumplir con su anhelo, pero el problema no está en ser o no rico, sino en que la fortuna u holgura hayan sido logrados honestamente y como producto de su trabajo, o sea no es problema el QUÉ, sino el CÓMO.
Muy triste creer que si alguien le saca la lengua, o le insulta a mi enemigo es alguien que merece ser apoyado por mí, pues no, no es así.
El hecho que alguien sea enemigo de mi enemigo, no le hace para nada ser digno de mi respeto o peor aún de mi admiración.
El enemigo de mi enemigo, no es mi amigo; tal y como bien lo dijo Elías Canetti

1 comentario:

Anónimo dijo...

¡Qué buen blog!
Es muy satisfactorio leer comentarios frescos y sensatos.
Felicitaciones, sea quien fuere